Voces indígenas en el cine, Parte I: Indigenidad

#LoIndígena #LaOtredad #Sistemas(In)Justos

Lina Muñoz

Amado Villafaña, cineaste arhuaco, Sierra Nevada de Santamarta, Colombia.
Foto: Amado Villafaña, cineaste arhuaco, Sierra Nevada de Santamarta, Colombia.
Crédito: William Rosado Rincones/VANGUARDIA

Introducción:

En este módulo analizaremos algunas narrativas del cine indígena. Partiremos por reflexionar sobre el término “indígena” y el concepto de “identidad indígena” y, luego, mediante el análisis de algunas producciones audiovisuales, estudiaremos algunas conexiones en temas de memoria histórica y activismo de diferentes comunidades indígenas en Latino América y sus conexiones con comunidades de EE. UU, Canadá, y Australia.

Indigenidad:

Qué se entiende por indigenidad en diferentes contextos, cuáles son las políticas detrás de este concepto, quiénes lo han definido y cuál ha sido la repercusión para los pueblos e individuos indígenas son algunas de las discusiones actuales en los estudios indígenas.  Como se describe en el libro Native Studies Keywords, y se ha discutido abiertamente en diferentes textos, el término “indígena” o la “identidad indígena” son problemáticos, principalmente, por ser esencialistas, homogeneizadores (Teves 112) y por ser definidos, generalmente, en situaciones asimétricas de poder.   Durante la época colonial, los términos “indio”, “aborigen” e “indígena” fueron asignados a los pobladores de los lugares por los colonizadores. “‘Indio’ en las Américas y ‘aborigen’ en Australia, fueron inventos europeos para denominar a pueblos que ya estaban allí antes de la llegada de los colonizadores” (Cadena 13). El concepto “indígena” fue utilizado en América desde 1598 para distinguir a los ‘indígenes’ (o “gente criada en el mismo suelo”) de los esclavos traídos de áfrica, con una connotación peyorativa, pasando de ser sinónimo de “pagano” (“alma idólatra que debía ser salvada por el cristianismo) a “primitivo” (lo opuesto a “civilizado”) (Cadena 13). Estas concepciones contribuyeron a que se estableciera un orden social jerárquico donde el indígena fue sometido a la servidumbre y obligado a erradicar sus culturas precolombinas para adoptar la de los colonos.  A lo largo del XX, todavía existían, alrededor del mundo, diversos proyectos de asimilación cultural para erradicar el “problema” que el “indio” o “indígena” presentaba para los proyectos de civilización y modernización estatales basados en el modelo europeo. Entre estos proyectos se encuentran las misiones religiosas en Latinoamérica y los internados (boarding schools en EE.UU, Canadá y Australia) en las que se obligaba a que niños (en el caso de los internados) y comunidades completas (en el caso de las misiones capuchinas) cambiaran sus costumbres, creencias, forma de vestir, y dejaran de hablar su idioma nativo para adoptar el idioma, la religión y las costumbres occidentales, y, que desde el punto de vista del estado, eran necesarias para el progreso y modernización de la nación. En la actualidad, todavía existen numerosas batallas entre comunidades indígenas, multinacionales y gobiernos por la soberanía sobre sus territorios, culturas y formas de vida.

En el discurso colonial contemporáneo, como lo afirman Alfred y Corntassel en el artículo “Being indigenous: Resurgences against Contemporary Colonialism”, la concepción de la “identidad indígena” construida por el estado es utilizada para “subsumir las existencias indígenas en el sistema constitucional y el cuerpo político (estatal)” (598). En este cuerpo político, la construcción de esta identidad indígena contribuye a la continuidad de la larga historia de desposesión que han sufrido los pueblos indígenas y a mantener la relación de dependencia con el estado para poder sobrevivir físicamente a las condiciones de pobreza en las que viven hoy (601).  De esta manera, la identidad indígena construida desde el poder estatal se convierte en una paradoja para los pueblos indígenas. Por un lado, se define con base en la relación de los pueblos con la tierra, sus ancestros, sus tradiciones y culturas, pero, por otro lado, el estado se apropia de los territorios indígenas, limitando su libertad y autonomía para ejercer las prácticas políticas, sociales y culturales propias de cada comunidad.

Igualmente, en el discurso colonial contemporáneo sobre indigenidad, está permeada la idea de la desaparición del indígena (vanishing indian). Esto ha llevado a que no solo las comunidades indígenas se consideren “minorías” y con ello pierdan la posibilidad de adquirir soberanía y autonomía, sino que también surjan ideas sobre la indigenidad asociadas a la “autenticidad”.  Estas “batallas sobre historias de autenticidad”, como las llama Alfred y Cornstassel, “hacen parte de las nuevas caras del colonialismo que continúan distorsionando y deshumanizando a los pueblos indígenas” (601). Para tener el reconocimiento estatal, los pueblos indígenas tienen que demostrar ante el estado que son auténticamente indígenas, según lo que el estado entiende por “autenticidad indígena”. Esto conlleva a dos situaciones deshumanizantes: a que tengan que simular (mimic) las “definiciones de identidad indígena sancionadas por el estado” (600) y a que surjan practicas científicas como el sistema estadounidense de cociente sanguíneo (blood quantum[1]) para probar la afiliación a una tribu, o como el proyecto genográfico que se dio en múltiples pueblos alrededor del mundo que, con la idea de comprender la historia migratoria humana, no solo convierten los cuerpos indígenas en objetos de estudio y “un almacén para los mineros genéticos” (Tall Bear 422) sino que también, apoyados en la infalibilidad y autoridad de la ciencia, pretenden definir quién es y quién no es indígena.   Estos proyectos amparan la idea de que el “auténtico” indígena ha ido desapareciendo y con ellos su derecho de autonomía y soberanía total sobre los territorios ancestrales.

Aunque los movimientos de reivindicación de los derechos de los pueblos indígenas en los años 1970 y 1980 apoyados por la ONU (United Nations) (Teves 109), contribuyeron a la reflexión sobre las definiciones de lo “indígena” partiendo de las particularidades y contextos de cada comunidad, las definiciones continuaron siendo conflictivas ya que dependían de las políticas de reconocimiento por parte de los Estados Nacionales.  Desde finales de los años 80 y durante la década de los 90, las constituciones de diferentes países latinoamericanos cambiaron o fueron enmendadas para reconocer la existencia y los derechos de los pueblos indígenas. Pese a que esto requirió una definición de quiénes eran los pueblos indígenas, no hay una definición que satisfaga a todos los pueblos por igual.  Los pueblos, sus contextos, su historia y la realidad actual son muy heterogéneos.  No sólo existen definiciones distintas y a veces contradictorias, sino que hay denominaciones variadas: “poblaciones indígenas”, “aborígenes”, “nativos, “minorías étnicas”, “tribus”, “pueblos autóctonos”, “indios”. Además del uso del término “indígena”, en los Estados Unidos se utiliza “Native Americans”, en Canadá: “First Nations” o “Aboriginal Peoples of Canadá”, y en Nueva Zelanda y Australia se utiliza “aboriginal”. Sin embargo, entre las autodefiniciones de diversos pueblos, se nota la preferencia por utilizar el nombre particular de cada comunidad.

Según el foro permanente en asuntos indígenas de las ONU (Organización de Naciones Unidas), ningún organismo de esta organización tiene una definición oficial de “indígena”, pero tiene en cuenta los siguientes criterios para la interpretación contemporánea de este término:

  • Libre-identificación como miembro de un pueblo indígena a nivel personal y aceptado por la comunidad como miembro suyo.
  • Continuidad histórica con sociedades precoloniales y existentes ante de los asentamientos.
  • Fuerte vínculo con los territorios y los recursos naturales circundantes.
  • Sistemas sociales, económicos o políticos bien determinados.
  • Idioma, cultura y creencias diferenciados.
  • Son parte integrante de grupos que no son predominantes en la sociedad.
  • Deciden conservar y reproducir sus formas de vida y sus sistemas ancestrales por ser pueblos y comunidades distintos.

Además, tal y como lo explica Alfred y Corntassel, desde las mismas comunidades indígenas existen diversas estrategias de resistencia en contra de la manera en que el poder hegemónico (estados, instituciones, organizaciones de élite) ha definido y se ha inmiscuido en la existencia indígena en el mundo contemporáneo (599). Entre estas estrategias se encuentran las diversas luchas por la soberanía para autodefinirse y recuperar la autonomía sobre sus territorios y culturas mediante diversos movimientos y activismo social (el ejército zapatista en México, la minga de los nasa en Colombia, el movimiento mapuche en Chile, la declaración de un estado plurinacional en Bolivia, etc) así como también a través del arte, la literatura, y el cine, que dé cuenta de la diversidad de identidades indígenas.

En el siglo XXI, pese a que aún existen diversas problemáticas sociales, económicas y territoriales, se ha experimentado una resurgencia de los diversos pueblos indígenas debido al liderazgo y a los movimientos de revitalización cultural. En la actualidad hay 370 millones de personas, distribuidas en alrededor de unos 90 países, que se auto identifican como parte de un grupo indígena. Según informe de la CEPAL del año 2010, en Latinoamérica hay aproximadamente 826 pueblos indígena y la población que se autoidentifica como parte de uno de estos grupos representa el 8,3% de los habitantes. Al comparar el informe del año 2007 y 2010 se evidencia un aumento del 49,3% que no solo se debe al índice de natalidad sino al aumento de la “autoidentificación”. Bolivia es el país con un mayor porcentaje de personas autoidentificadas como indígenas (62%), le sigue Guatemala con un 41%, Perú, 24%, México 15,1%, Chile, 11%, Nicaragua, 8,9%, Ecuador, 7%, Colombia 3,4%, etc.  Algunos de los grupos indígenas de esta región son los nahua, k’iché, maya yucateco, maya queqchí, kaqchiquel, mam, mixteco, otomí, kuna, emberá, wayuu, quechua, aymara, mapuche, guaraní, etc.

En los Estados Unidos, según el U.S. Census Bureau de 2015, existen 6,6 millones de personas autoidentificadas como nativas (de América, Alaska y Hawái) correspondiente al 2% de la población estadounidense, distribuidas en 32 reservaciones y 567 grupos (apache, cheyenne, navajos, cherokees, sioux, chipewa, etc). Según el Censo Canadiense de 2019, 4,9% de su población se autoidentifica como indígena o aborigen, cuyos principales grupos son los inuit y métis, en Australia los principales grupos indígenas son los koori y noongar, etc. y en Nueva Zelanda, los maorí.

Interculturalidad y cine indígena:

Partiendo de la idea de que existe una heterogenidad de culturas, identidades, contextos, y experiencias de los llamados pueblos indígenas, desde la perspectiva de varios intelectuales, como la intelectual maorí Linda Tuhiwai Smith, existen diversos proyectos modernos que conectan a estos pueblos.  Entre estos proyectos se encuentran la recuperación y devolución de territorios, de personas y de artefactos, la construcción de la memoria histórica y la revitalización y conservación de las prácticas culturales (146-147).

A partir de los años 60, en el marco de los movimientos indígenas de finales del siglo XX y el reconocimiento de la ONU al derecho de estos pueblos de “asumir el control de sus propias instituciones y formas de vida y de su desarrollo económico y a mantener y fortalecer sus identidades, lenguas y religiones dentro de los estados en que viven” (Convenio 169), surgió una reformulación de las agendas políticas enfocadas en el reposicionamiento del sujeto indígena en los diversos discursos y prácticas intelectuales, culturales, jurídicas, y, más recientemente, el desarrollo de una agenda y plataforma enfocada en la postulación de alianzas indígenas globales estratégicas.

Estas nuevas agendas se han evidenciado de múltiples formas, entre ellas, la emergencia y la evolución de los estudios indígenas y la eclosión de producciones literarias y audiovisuales. A finales del siglo XX, el surgimiento de los estudios indígenas, principalmente en Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, estuvo vinculado al auge de los estudios poscoloniales y decoloniales, y tuvo como preocupaciones primordiales “el cuestionamiento del canon, la soberanía cultural y política, la visibilidad, y la agencia de cada uno de los pueblos indígenas” (Dawes 8) haciendo especial énfasis en la necesidad de reconocer las particularidades y necesidades de cada pueblo con relación a otras minorías subalternas.

Dentro de estas agendas, tal y como lo afirma Walsh, el proyecto de la interculturalidad tiene un papel fundamental dado que pretende crear vínculos estratégicos entre grupos y conocimientos indígenas, y un diálogo crítico entre estos y los conocimientos y modos de pensar occidentales (30). Un ejemplo de esto son las producciones audiovisuales indígenas. El reposicionamiento del indígena con respecto a la cámara, la apropiación de tecnologías audiovisuales occidentales y el trabajo intercultural abren posibilidades para que diversas comunidades puedan auto-determinarse, autodefinirse y propician conexiones entre pueblos de diversas latitudes.

Con respecto a lo que se entiende por “cine indígena”, es necesario señalar que no existe un consenso sobre su definición dado el debate que de por sí el término “indígena” ha generado por ser abarcador y homogeneizador, como se explicó anteriormente. Algunos cineastas prefieren hablar de un cine propio de cada comunidad, como en el caso del cineasta José Espinoza y el intelectual Ariruma Kowii quienes prefieren hablar del cine kichwa. Otros cineastas no indígenas que trabajan con comunidades indígenas, como Marta Rodríguez en Colombia, Jorge Sanjinés en Bolivia o José Antonio Guayasamin en Ecuador, optan por hablar de un cine que refleje la estética y perspectiva de los pueblos indígenas. Pese a este debate, la CLACPI (Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas) concibe el cine o video indígena como una propuesta ética y estética realizada por cineastas indígenas, no indígenas o en colaboración, que aborda los temas que más inciden en los mismos pueblos (cultura, soberanía, derechos, territorio, memoria, violencia, tecnología…) y que contribuye a “la consolidación de la libre expresión de los pueblos, organizaciones y comunidades indígenas, en sus propios idiomas, valores socioculturales y desde su cosmovisión” (CLACPI)[2].

En este modulo estudiaremos producciones audioviduales que muestran, a través de diversas estéticas, la denuncia en contra de proyectos neocoloniales que se han dado en los últimos siglos.

Actividades sobre la introducción:

Vocabulario en contexto: Después de hacer la lectura de la introducción, define, en español y con tus propias palabras, los siguientes términos:

  • Indígena:
  • Asimilación cultural:
  • Simular (mimic):
  • Cociente sanguíneo (blood quantum):
  • ONU:
  • Poscolonialidad:
  • Decolonialidad:
  • Proyectos neocoloniales:

Preguntas sobre la introducción:

  1. ¿Cuál es el debate que existe sobre las definiciones del término “indígena”?
  2. ¿Cuáles son algunos de los problemas que surgen con la definición de la “identidad indígena” por parte del estado u otros organismos ajenos a estas comunidades?
  3. ¿Quién debe definirla, el gobierno, cada comunidad, la ONU? ¿Por qué?
  4. ¿Qué se entiende por cine indígena?
  5. ¿Cómo se entiende la “interculturalidad” en este contexto?

 

Textos primarios: Narrativas sobre la identidad cultural

Warriache (Camila Huenchumil, 2015, Chile)

Mapu es el territorio ancestral que habitaban los mapuches desde antes de la llegada de los españoles en el siglo XIV y la Conquista del Desierto en el siglo XIX y cuya recuperación es el objetivo de los movimientos mapuches actuales.  Samaniego nos explica que “La historia de Chile y los mapuches es una secuencia compleja de políticas de opresión. Se inició con la guerra declarada por el Estado contra ese pueblo-nación a fin de realizar lo no ultimado por la colonización española y cumplir así una fase decisiva en la consolidación de la nación chilena estructurada desde el poder estatal”. Entre estas políticas de opresión, que se han dado a lo largo de los siglos hasta la actualidad,  se encuentran la expropiación de territorios indígenas que eran de valor para los proyectos del desarrollo nacional, asesinando o desplazando a una gran cantidad de mapuches y reduciendo sus territorios a pequeñas reservaciones, y las políticas de asimilación que han conllevado a que, en el imaginario chileno, se haya forjado la idea de la desaparición paulatina de los mapuches. Esto ha agudizado el racismo en contra de los mapuches, lo que ha llevado a que, en la sociedad chilena, especialmente en los centros urbanos, el mapuche tenga que esconder su identidad indígena a la sombra de la identidad nacional chilena. Muestra de ello, como lo explica Samaniego, es que en muchas familias mapuches que han ido migrando a los cascos urbanos el único rasgo identitario que conservan es, al menos, un apellido. Sin embargo, como sucedió en el año 2002, casi 32 mil mapuches querían cambiar su apellido legalmente para dejar de ser identificados como tales (Samaniego).

Pese a este blanqueamiento étnico, el movimiento social mapuche ha sido uno de los más fuertes y resistentes de Latinoamérica. Su objetivo es que Chile, al igual que lo que sucedió en Bolivia, se reconozca como un estado plurinacional y que los mapuches puedan tener reconocimiento y soberanía territorial, cultural, social y política. Las discusiones sobre la identidad de la comunidad son centrales en este contexto. Especialmente en las disputas sobre la recuperación de sus territorios que, en Chile, se han incrementado desde la “transición a la democracia” que inició en 1990 después del largo periodo dictatorial, y que se han agudizado en la actualidad. Ante el estado chileno, la ley 19.253 de 1993 que regula y reglamente la acreditación de calidad de indígena, dictamina en su artículo 2 que se considera indígena, entre otros casos, a “los descendientes de las etnias indígenas que habitan el territorio nacional, siempre que posean a lo menos un apellido indígena”.

Warriache (2015) hace parte de un proyecto multidisciplinario realizado por Camila Huenchumil sobre la búsqueda de su identidad mapuche. Además de ser un autorretrato de Huenchumil, el documental es un registro de su trabajo artístico titulado con el mismo nombre del documental. Huenchumil crea un documental híbrido en el que fusiona el performance y las técnicas de documental y entrelaza el pensamiento individual con el colectivo para acceder al inconsciente social y así indagar sobre la identidad mapuche. Partiendo de un rasgo de identidad cultural, como lo es el apellido, y utilizando su cuerpo como territorio de exploración artística aborda su problemática personal (la búsqueda de identidad cultural), pero, a la vez, política y social (los mapuches y la sociedad chilena). Las técnicas del documental le permiten narrar el origen, contexto y desarrollo del performance, así como también registrar su recorrido por la ciudad, y de la ciudad a la comunidad mapuche, y el uso del performance le permite confrontar las concepciones de la sociedad chilena sobre la indigenidad mapuche.

Actividades antes de ver la película:

  1. Haz una búsqueda internet sobre datos básicos de la cultura mapuche: cuál es su lengua, algunas de sus costumbres, en qué consiste el movimiento mapuche.
  2. Basado en tu consulta, analiza por qué es tan importante el territorio para la cultura mapuche.

 

Preguntas después de ver la película:

  1. De acuerdo con las lecturas de la introducción sobre la “identidad indígena”, ¿qué evidencias hay en el documental de las problemáticas alrededor de la “identidad indígena” de los mapuches? (analizar la intervención estatal, las preconcepciones de los chilenos, la experiencia particular de Huenchumil y el espacio liminal en el que se encuentra).
  2. ¿Cómo define Huenchumil los términos “warriache” y “mapuche”?
  3. ¿Cómo se autoidentifica Camila Huenchumil? Describe cómo fue su proceso para ir construyendo su identidad cultural.
  4. ¿En qué consiste el performance que Huenchumil hace?
  5. ¿Cuáles son algunas de las ideas preconcebidas que los transeuntes del Paseo Ahumada tienen sobre los mapuches? (lo que escriben en los carteles)
  6. ¿Por qué Huenchumil dice que su territorio es el cuerpo?
  7. Através de la experiencia que nos cuenta Huenchumil ¿qué podemos ver sobre los proyectos neocoloniales estatales que han afectado a los mapuches? (territorio, erradicación de la cultura mapuche)

Temas para elaborar:

  1. Conexiones:

Ve los siguientes avances (trailers) de las siguientes películas sobre proyectos neocoloniales estatales etnocidas del siglo XX que han afectado comunidades indígenas de otros países, y cómo a través del cine se reconstruye la memoria historia y se busca una reparación.

Native American boarding schoolsIndian Residential Schools

Proyectos de asimilación cultural en EE.UU., Canadá y Australia:

Dawnland 2018 (USA, 2.48 min.) http://dawnland.org/

We were children 2012 (Canadá 1.40)

Rabbit Proof Fence 2002 (Australia, 2.5 min.)

Después de verlos, discutir en grupo:

  • ¿Tenían alguna información preliminar sobre las escuelas residenciales para indígenas en Estados Unidos, Canadá y Australia? ¿Qué nos informa sobre esto los avances (trailers) de las películas que acabamos de ver?
  • ¿Qué relaciones encuentran entre lo que aprendiste en las lecturas sobre los mapuches y el corto documental Warriache y las historias que se narran en los avances de estas películas?
  • En los avances de estas películas que acaban de ver, se puede observar que las diferentes comunidades están tratando de reconstruir la historia de lo que pasó y piden reparación, ¿Cuál es el impacto de la reconstrucción de estas historias a través del cine? ¿Por qué es necesario recuperar estas memorias?

2. Escoge una de las tres películas de los avances (trailers) e investiga más sobre la historia que están narrando. (Si es posible, puedes ver la película) y resume el tema central de la película y la problemática que describe.

3. Escríbele una carta a Huenchumil donde le expreses tu opinión sobre el documental, la historia que narra y el performance que hace. Además, cuéntale que también conoces otras comunidades que están luchando por recuperar la memoria histórica sobre su identidad cultural y descríbele lo que aprendiste de tu investigación sobre la película que elegiste.

Obras citadas:

Alfred, Taiaiake y Jeff Corntassel. “Being Indigenous: Resurgences against Contemporary Colonialism”. Government and Opposition, vol. 40, no. 4, 2015, pp. 597-614.

Cadena, Marisol de la y Orin Starn. Introducción. Indigenidades contemporáneas: cultura política y globalización, editado por Cadena y Starn. Instituto de Estudios Peruanos, 2010, pp. 9-46.

Dawes, Birgit et al eds. Twenty-First Century Perspectives on Indigenous Studies: Native North American in (trans)motion. Abindong: Routledge, 2015.

Samaniego Mesías, Augusto. “Identidad, territorio y existencia de la nación mapuche: ¿derechos políticos autonómicos?” Centro de documentación mapuche, 8 Dic. 2017 http://www.mapuche.info/mapuint/samani030100.html.

Teves, Stephanie et al. “Indigeneity”. Native Studies Keywords. UAP, 2015, pp. 109-118.

Tuhiwai Smith, Linda. Decolonizing Methodologies: Research and Indigenous Peoples. Londres: Zed Books, 2012. Impreso.

Walsh, Catherine, ed. Pensamiento crítico y matriz (de)colonial reflexiones latinoamericanas. Quito: Abya-Yala, 2005. Impreso.

[1] Para más información sobre blood quantum ingresa a este sitio https://www.npr.org/sections/codeswitch/2018/02/09/583987261/so-what-exactly-is-blood-quantum

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